Así lo continúan creyendo hoy en día en buena parte de Italia. En nuestro país estamos acostumbrados a despedir el año tomando las tradicionales 12 uvas, pero en el país vecino son las lentejas las que resultan imprescindibles la noche del 31 de diciembre.
¿De dónde viene esta costumbre?
Esta peculiar tradición se remonta a la Roma antigua. Las lentejas fueron una de las primeras legumbres cultivadas por el ser humano y entre los romanos era un producto muy apreciado y utilizado en cocina. Tienen una forma redonda y aplastada, parecida a la de las monedas y, por este motivo, esta legumbre se asociaba con la fortuna. Para desear buena suerte a los seres queridos, cuando se acercaba la Navidad se regalaba un pequeño bolso de cuero para atarlo a la cintura que estaba lleno de lentejas.
Tradición actualizada
Esta peculiar costumbre se ha mantenido a lo largo de los siglos con ciertas variaciones. Ya no se regala el bolso de cuero sino que las lentejas se comen y se ha instaurado hacerlo en Nochevieja porque se entiende que de esta manera se recibe el año con buena fortuna. La tradición marca que hay que comerlas tras la llegada de las doce de la noche, pero en la actualidad la mayoría ha adaptado esta práctica e incorpora el plato de lentejas al menú de la cena para evitar así comerlas de postre.
Imaginamos que al igual que a nosotros nos pasa con sus lentejas de fin de año, a los italianos les resultará de lo más curioso que en España tomemos 12 uvas con las campanadas. De cualquier manera, lo que está claro es que el objetivo común en todo el mundo es el despedir este año como se merece e intentar entrar con buen pie en 2017.